sábado, 26 de junio de 2010

Días de lluvia

Los días lluviosos me producen un extraño estado de ánimo el cual se me hace difícil identificar ¿cuál el sentimiento que experimento? he decidido llamarlo nostalgia, pues mi mente recorre por años pasados, muy pasados, la lejana infancia, los amigos perdido y los que viven en mi memoria aunque he pasado décadas sin verlos, mis padres en otra etapa de su vida que para aquel entonces yo los veía viejos , ahora me doy cuenta que eran personas jóvenes y con una vida propia, ellos y sus contemporáneos.

La lluvia de mi infancia significa muchas cosas, la muchachada bañándose en el aguacero, las calles del pueblo rebosadas, comida caliente y madrugadas que terminaban más tarde que de costumbre;pero también en otras ocasiones significaba frío, el desamparo de muchos, la pérdida del pan que se habría sembrado con esperanzas, el mar embravecido queriendo dejar a todos sin nada y adueñarse de todo el pueblo que creía suyo, y un río que puede pasar todo un año dormido y cuando despierta parece haber repuesto todas las energías necesarias para llevarse a su paso todo lo que encuentre sin discriminación alguna.

Pero la falta de lluvia también tiene su lugar en mi memoria, recuerdo a la gente en procesión hasta donde la virgen o cualquier otro santo, entonando salves y cánticos religiosos clamando por la lluvia, cuando la sequía azotaba la zona y amenazaba con frustrar las esperanzas puestas en la cosecha esperada luego de los convites de unos y las siembras de los conucos de otros.

!Oh lluvia de mi presente! sólo te pido el equilibro:" deja nostalgia y pendejada en mis hermanos y no luto y dolor en sus destinos".

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